¿Por qué es esencial proteger y salvar nuestro patrimonio cultural?

Producido por
Asociatia Perseidele
Autores
Marioara Pascu, Ileana Pătru- Stupariu

1. Porque existe el riesgo siempre presente de que desaparezca por completo

En los últimos cien años, Europa ha atravesado algunos acontecimientos históricos trágicos, como las dos guerras mundiales, la guerra de la antigua Yugoslavia y la muy reciente guerra en Ucrania, que han tenido un impacto negativo no solo en la vida humana, sino también en todo el patrimonio cultural europeo. Numerosos monumentos históricos y ciudades con un legado histórico de cientos y miles de años han sido parcial o totalmente destruidos, y la población, debilitada por los traumas de la guerra, se ha visto obligada a emigrar de las regiones en conflicto, perdiendo gradualmente su conexión con sus lugares de origen y sus especificidades culturales. Este "desarraigo" ha llevado a la alteración o incluso a la pérdida de valiosas tradiciones intangibles.

Las guerras no solo son amenazas para el patrimonio cultural europeo, sino que también pueden verse amenazadas en tiempos de paz, debido al dinamismo social y a la sociedad humana en constante evolución. De ahí que las transformaciones sociales, culturales y económicas que ha experimentado la sociedad en general hayan implicado un cambio continuo en las actividades de las personas y en las relaciones sociales entre los miembros de las comunidades, una asimilación de elementos del modernismo a la vida cotidiana y un rápido cambio en la mentalidad de los individuos y de la sociedad. En este contexto de globalización, muchas tradiciones y costumbres populares se han perdido porque las comunidades tradicionales carecían de resiliencia frente a factores externos y porque no contaban con el apoyo financiero de las autoridades para preservar su patrimonio cultural.

También existen factores técnicos y tecnológicos que han logrado producir cambios en las comunidades locales a través de la desaparición de algunos oficios tradicionales, prácticas y actividades agropastoriles, eventos culturales y prácticas sociales, ya que la población joven se siente atraída por actividades nuevas, modernas y mejor remuneradas que las tradicionales. La migración de la aldea a la ciudad ha llevado a un debilitamiento de las comunidades y la población mayor no ha tenido a nadie a quien transmitir algunas tradiciones populares ni personas que las continúen. A falta de jóvenes que revitalicen el patrimonio cultural, éste desaparecerá.

En la categoría de factores sociales mencionamos la migración. Muchos países europeos se han vuelto hoy multiculturales debido a la afluencia de inmigrantes de todo el mundo que, por diversas razones, han optado por vivir en un país distinto al de origen. Esta movilidad continua de la población a través del continente europeo implica una interacción con el patrimonio del país de acogida y el descubrimiento de formas de patrimonio inmaterial desconocidas o poco conocidas antes de llegar a él. Las actitudes y formas de relacionarse con este patrimonio son muy importantes en el proceso de conservación. Son preferibles actitudes de responsabilidad compartida hacia la protección del patrimonio, el orgullo y el aprecio de los valores universales, la singularidad y la antigüedad de las nuevas costumbres y tradiciones culturales que experimentan y con las que interactúan.

La apertura a un conocimiento más profundo del patrimonio cultural implica una comprensión de su importancia y papel en la sociedad contemporánea, así como de sus beneficios prácticos (educación, turismo, economía) (Croitoru, C; Marinescu- Becut, A, 2018).

Desafortunadamente, existe un alto riesgo de que el patrimonio desaparezca cuando es objeto de delitos como el vandalismo, el incendio provocado, el robo y el comercio ilícito de bienes culturales. El comercio ilícito de bienes culturales, especialmente los que tienen valor patrimonial, entra en la categoría de delincuencia organizada. Según datos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, los delitos contra el arte ocupan el tercer lugar en una lista de las actividades comerciales ilegales más taquilleras (Charney et al, 2012). Solo son superados por el narcotráfico y el tráfico de armas. Además, los grupos terroristas fundamentalistas utilizan las ganancias de la venta de antigüedades robadas para financiar sus actividades (Charney et al, 2012).

2. Tanto por su significación cultural como por los valores patrimoniales que conserva

Un bien cultural o una costumbre cultural se convierte en patrimonio sólo si tiene un valor especial para un grupo étnico, una población o una comunidad. Estos valores se transmiten hasta nuestros días y son apreciados por la población contemporánea. De acuerdo con la Carta de Burra: Por significado cultural se entiende el valor estético, histórico, científico, social o espiritual para las generaciones pasadas, presentes o futuras. La significación cultural se encarna en el lugar mismo, su tejido, entorno, uso, asociaciones, significados, registros, lugares relacionados y objetos relacionados. El valor es un concepto construido tanto cultural como históricamente, y el patrimonio es un concepto cargado de valor (Harvey, 2001; Pendlebury, 2013). Un elemento tangible o intangible que pertenece a la cultura y a la civilización de una comunidad se convierte en patrimonio con el tiempo si posee una amplia gama de valores, valores que se han acumulado a lo largo del tiempo, que se han transmitido hasta nuestros días y que son igualmente valiosos para la población actual. Básicamente, el término valor cultural expresa las razones por las que debemos considerar un bien cultural como un objeto patrimonial de especial significación (Pereira Roders, 2011).

Así, se considera que las sociedades conservan los objetos porque tienen valor para sus miembros (Caple, 2009) y los preservan precisamente por estos valores (Appelbaum, 2007). En la práctica del patrimonio, los valores son aquellas características positivas o cualitativas que una persona o grupo en particular atribuye a un objeto o sitio cultural (Mason, 2002), incluidas las prácticas, leyendas populares y recuerdos que surgen en estrecha relación con los valores sociales y estéticos, a menudo de manera espontánea o experimental (Jonhnston, 2017). Las características positivas o cualitativas definen tanto los valores culturales reales como los potenciales (Mason, 2002), a los que también nos referimos como atributos (UNESCO, 2011).

Aunque los valores culturales varían de una cultura a otra, hoy en día el patrimonio, ya sea tangible o intangible, se ha convertido en un bien común de todos los habitantes del planeta y por ello es necesario preservarlo, guardarlo y protegerlo, porque es de todos. El valor ya no se ve como algo inherente a un atributo, que puede ser entendido por los expertos, sino como una cualidad que se forma en cada momento entre un objeto y un sujeto. A partir de esta premisa, el patrimonio es visto como una interacción permanente entre recursos y valores, entre el pasado y el presente (Avrami et al., 2000; De la Torre, 2002).

El aspecto asociativo del valor es que expresa conexiones significativas con personas, eventos, lugares, prácticas, tradiciones, historias, objetos, etcétera.

Estos son algunos ejemplos de valores patrimoniales:

  • Antigüedad histórica: Muestra la antigüedad de una tradición, se asocian a ella una serie de acontecimientos históricos del pasado; este valor genera estabilidad, continuidad y conexión con el pasado, que son particularmente importantes en la formación de un sentido de identidad en una comunidad o en el individuo (Lowenthal, 1975).
  • Valores sociales: Se manifiestan a través del apego, a través del sentimiento de pertenencia a una tradición,
  • Unicidad: Indica la especificidad de la tradición en cuestión, ya sea que se practique ampliamente o sea particular de ciertas comunidades.
  • Autenticidad: En la sección 82 de las Directrices Prácticas de la UNESCO se afirma que un bien cultural cumple las condiciones de autenticidad si sus valores culturales se expresan de manera sincera y creíble a través de una serie de atributos como la forma y el diseño, los materiales y las sustancias, el uso y la función, las tradiciones, las técnicas y sistemas de gestión, la ubicación y el posicionamiento, el idioma y otras formas de patrimonio inmaterial. el espíritu y el sentimiento y otros factores internos y externos (UNESCO, 2011).
  • Identidad cultural: Es la marca distintiva de un pueblo/etnia/comunidad, su historia, tradición y costumbres, dentro de una geografía determinada (Identidad cultural qué es, sus elementos y cómo se construye | También encontramos referencias a la identidad de origen, lengua, religión, necesidades, costumbres (Popescu, A, Biharia, 1978).
  • Valor estético: Se refiere a la belleza. Por ejemplo, un traje nacional tiene un valor estético en cuanto a los colores y motivos tradicionales con los que está cosido.

De esta manera, nuestro patrimonio (material, inmaterial) tiene un fuerte valor histórico, cultural e identitario, conserva aspectos de la cultura y la civilización propios de una sociedad, expresa cómo trabajaban las personas, cómo se relacionaban con el entorno en el que vivían, cuáles eran sus relaciones, cuáles eran sus creencias espirituales, etcétera. La herencia dejada por nuestros antepasados también tiene un valor memorial porque expresa la memoria de un pueblo y perpetúa ciertas mentalidades con respecto a la historia del pasado (Varin, p. 22).

Incluso la importancia cultural, la autenticidad y los valores universales excepcionales de los elementos del patrimonio inmaterial inscritos en la lista de la UNESCO están sujetos a amenazas que amenazan con poner en peligro su calidad excepcional. En el marco de la campaña ¡Sumérgete en el patrimonio cultural inmaterial! Sumérgete en el patrimonio cultural inmaterial - patrimonio inmaterial - Sector de Cultura - UNESCO, La UNESCO ha identificado 46 amenazas y riesgos para 500 elementos inmateriales protegidos. El estudio puso de relieve una combinación de amenazas y riesgos. Los resultados se presentan en el Anexo 1.ç

3. Por sus beneficios en la promoción de una sociedad más sostenible

La puesta en valor del patrimonio aporta una serie de beneficios sociales, culturales, económicos y medioambientales a las comunidades que lo preservan.

La UNESCO destaca los vínculos entre los cinco ámbitos del patrimonio inmaterial (Artesanía tradicional; Conocimientos y prácticas sobre la naturaleza y el universo; tradiciones y expresiones orales; Artes Escénicas, y; Prácticas Sociales, Rituales y Eventos Festivos) (UNESCO, 2003) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por todos los miembros de las Naciones Unidas en 2015 (Agenda 2030). (Figura 1).

Estas correlaciones se identificaron en el marco del proyecto ¡Sumérgete en el patrimonio cultural inmaterial! Sumérgete en el patrimonio cultural inmaterial - patrimonio inmaterial - Sector de Cultura - UNESCO.

Por ejemplo, la artesanía registra la mayor cantidad de conexiones con el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), el ODS 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas), el ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles), el ODS 12 (Producción y consumo responsables), el ODS 17 (Alianza para lograr los objetivos), el ODS 4 (Educación de calidad), el ODS 5 (Igualdad de género) y el ODS 15 (Vida y tierra). (Figura 2).

El estudio de la UNESCO también muestra que la danza, el canto, el lenguaje, los rituales, los conocimientos artesanales y el teatro desempeñan un papel especial en la inclusión social; la poesía, la danza y los encuentros tradicionales ayudan a aumentar la tolerancia; mientras que la danza moderna, la artesanía, las artes marciales tradicionales apoyan la igualdad de género / derechos de las mujeres, etcétera.

En Europa, por desgracia, nos enfrentamos cada vez más a la aparición de manifestaciones extremistas, actos de terrorismo y radicalización de determinados grupos sociales, a un aumento de la intolerancia, la discriminación y la exclusión social (lea sobre la red europea de sensibilización sobre la radicalización aquí).

En este contexto, podemos utilizar el patrimonio inmaterial para sensibilizar a la población, para formar actitudes positivas hacia la cultura y la civilización de un pueblo, para cultivar el respeto por la cultura de otro grupo social, para promover valores comunes como la inclusión social, la tolerancia, etcétera.

4. Su importante papel en la preservación de la diversidad cultural de nuestro mundo contemporáneo

Dado que la diversidad cultural del mundo se ve cada vez más amenazada por las fuerzas de la globalización y el nacionalismo, cuyo impacto en las culturas minoritarias es cada vez más agresivo, la UNESCO, en colaboración con sus asociados ICOMOS e ICROM, decidió redactar un nuevo documento con el objetivo de preservar la diversidad cultural y patrimonial centrándose en la autenticidad, conocido como el Documento de Nara sobre la Autenticidad (Documento de Nara, 1994). El documento destaca la importancia de preservar la diversidad cultural y patrimonial del mundo contemporáneo en lo que respecta al enriquecimiento intelectual y espiritual de la humanidad y al desarrollo de la memoria colectiva de la humanidad (Documento de Nara, 1994).

La UNESCO reconoce la importancia de la diversidad de las expresiones culturales (incluidas las tradiciones) porque es un trampolín para el desarrollo sostenible de las comunidades, un factor importante que permite a las personas y a los pueblos expresar y compartir sus ideas y valores (UNESCO, 2005). Su adopción reconoce la importancia de los conocimientos tradicionales como fuente de riqueza inmaterial y material, y en particular de los sistemas de conocimientos de los pueblos indígenas, y su contribución positiva al desarrollo sostenible, así como la necesidad de su adecuada protección y promoción (UNESCO, 2005). La protección de la diversidad de las expresiones culturales garantiza el respeto de los siguientes principios:

  • Principio de respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales;
  • Principio de soberanía;
  • Principio de igual dignidad, respeto y respeto de todas las culturas;
  • Principio de solidaridad y cooperación internacional;
  • Principio de la complementariedad de los aspectos económicos y culturales del desarrollo;
  • Principio de desarrollo sostenible;
  • Principio de acceso equitativo;
  • Principio de apertura y equilibrio.

Referencias

Avrami, E., Mason, R., De la Torre, M eds. (2000). Values and Heritage Conservation. Los Ángeles: Getty Conservation Institute.

Caple, C., (2009). The Aims of Conservation. In Conservation:  Principles, Dilemmas and Uncomfortable Truths, editado por: Richmond A y A. Bracker, Butterworth-Heinemann, Londres, pp.25.

Croitoru, C; Marinescu-Becut, A, 2018, Young_people_and_cultural_heritage_RO.pdf, Editura Universul Academic, Bucuresti.

Charney, N, Denton,P  and Kleberg, J. Protecting Cultural Heritage from Art Theft. International Challenge, Local Opportunity, disponible en línea en http://www.fbi.gov/stats-services/publications/law-enforcement-bulletin/march-2012/protecting-cultural-heritage-from-art-theft.

De la Torre, M., (2002). Assessing the Values of Cultural Heritage. Los Ángeles: Getty Conservation Institute.

Johnston, C., (2017). Recognising Conection: Social Significance and Heritage Practice, in Corima—Revista de Investigacion en Gestion Cultural, vol.II, junio, Universidad da Guadalajara, México, pp.2–34.

Harvey, D.C. (2001). Heritage Pasts and Heritage Presents: Temporality, Meaning and the Scope of Heritage Studies, International Journal of Heritage Studies 7:4, 319–38.

Lowenthal, D., (1975). Past time, present place: landscape and memory. Geogr.Rev.,65, pp.1–36.

Mason, R., (2002). Assessing Values in Conservation Planning: Methodological Issues and Choices, en  de la Torre, Marta, ed.2002. Assessing the Values of Cultural Heritage: Research Report, CA: Getty Conservation Institute, Los Ángeles, pp. 5-30.

Pendlebury, J., (2013). Conservation values, the authorized heritage discourse and the conservation-planning assemblage, International Journal of Heritage Studies, Volumen 19.

Pereira Roders A., (2013). Monitoring Cultural Significance and Impact Assessments, in ‘IAIA13 Conference Proceedings’ Impact Assessment the next generation, Calgary Stampede BMO Centre, Canada.

Pereira Roders, A., Velpaus, L., and Colenbrander, B.J.F. (2013), Urban Heritage: Putting the Past into the Future. The Historic Environment: Policy and Practice, vol.4, no.1, pp.18–33.

UNESCO (2011), The Operational Guidelines for the implementation of the World Heritage Convention, Paris: United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization, UNESCO.

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