1. Establecer leyes de protección a nivel internacional, nacional y regional

Llamamos la atención sobre el hecho de que la UNESCO incluye en la Lista del Patrimonio Mundial, a petición de las autoridades nacionales, los elementos más valiosos del patrimonio inmaterial que demuestran un valor universal, una integridad y una autenticidad excepcionales.

Pero, ¿qué pasa con el resto del patrimonio inmaterial que no está sujeto a protección internacional? ¿En qué medida los Estados logran proteger su patrimonio inmaterial nacional? Protegerlos, salvaguardarlos y salvarlos se vuelve mucho más difícil que aquellos que ya gozan del estatus internacional de la UNESCO porque no se benefician de planes de gestión cuidadosamente monitoreados.

2. Implementar medidas y proyectos de apoyo a la salvaguardia del patrimonio inmaterial

Los proyectos pueden adoptar diversas formas, desde proyectos de cooperación internacional y transfronterizo hasta proyectos de cooperación nacional y regional. El Consejo de Europa señala una serie de medidas concretas destinadas a: perpetuar las competencias tradicionales transmitiéndolas de una generación a la siguiente, utilizar de forma innovadora y diversificar los recursos culturales con el apoyo de nuevos medios científicos y tecnológicos, y reutilizar los contenidos del patrimonio cultural digital para mejorar la diversidad cultural (Comisión Europea, 2014). Nuestro proyecto HEART es un ejemplo concreto de ello.

3. El patrimonio digital como oportunidad para preservar el patrimonio cultural inmaterial

La digitalización podría verse como una medida concreta para salvar el patrimonio. Partiendo del hecho de que actualmente se están realizando enormes avances en el uso de la tecnología digital, el Consejo de Europa, a través de sus expertos, ha llegado a la conclusión de que podemos utilizarla en beneficio de la conservación del patrimonio cultural, porque la tecnología digital facilita un acceso más rápido a diversas formas de patrimonio, facilita el intercambio de experiencias y buenas prácticas a nivel europeo entre diferentes actores en el ámbito del patrimonio. Muchas actividades culturales ya se están llevando a cabo en un entorno digital, creando materiales que complementan el patrimonio cultural, una fuente de rescate y preservación. Otra ventaja es que los elementos "nacidos digitales", muchos elementos tangibles e intangibles del patrimonio, se traducen a copias digitales y se puede acceder a ellos y transmitirlos.

Sin embargo, es necesario asegurarse de que el recurso primario -el "original"- no se descuide en el entusiasmo por la transición "virtual". Esta necesidad concierne tanto al material nacido en formato digital como al material original y preexistente, ya que las nuevas tecnologías tienden a reconstituir el material más antiguo e inaccesible y a transferirlo al público en general sin grandes gastos (Consejo de Europa, 2005).

Las innovaciones en materia de patrimonio digital se utilizan cada vez más en la gestión del patrimonio cultural. Son de naturaleza multidimensional y se utilizan para almacenar, monitorear, distribuir y demostrar datos. Estas técnicas son muy útiles porque pueden procesar, almacenar grandes bases de datos.

Las plataformas digitales o los sitios web son un ejemplo. Recientemente, la integración de las fotografías en la realidad virtual es una forma de preservación del patrimonio inmaterial. La ventaja de estas técnicas se relaciona principalmente con el hecho de que el patrimonio inmaterial ofrece fotografías, registros antiguos que han perdido su exactitud. Estas técnicas ayudan a reducir o incluso eliminar la vaguedad de estos datos.

4. Educación a través del aprendizaje transformador

Nos centraremos en el aprendizaje transformador porque es el método de trabajo de nuestro proyecto HEART. Implica el compromiso cívico y la participación activa de todas las partes interesadas en salvar el patrimonio inmaterial.